Existe un mal, aquí en la tierra llamado pecado y sus consecuencias son devastadores tanto para el hombre y la nación, Dios castiga los pecados de los gobernantes, Dios castiga a la nación que decide alejarse de EL, la ruina es consecuencia del pecado, la tierra se enferma y se contamina porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho y quebrantaron el pacto de Dios (Isaías 24:4-5) es doloroso y triste ver y vivir un país en ruina, con todos sus recursos provisto por Dios, pero en manos de personas corrompidas, Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones la Biblia describe a un líder Gobernante de Judea llamado Félix, (Hechos24:1-2) para la opinión de los Sacerdotes Judíos, ancianos líderes, y un cierto orador Tertulo, Félix era un gran Gobernante que hacia las cosa bien y con prudencia, y que gracias a él, había gran paz. Si leemos más adelante observamos que es un líder corrupto, y la justicia estaba lejos de él, porque al tratar el caso de Pablo, esperaba que el Apóstol le ofreciera soborno, por esta causa lo traía con frecuencia y conversa con él. La Biblia habla contra el soborno: no aceptarás soborno, porque el soborno cierra los ojos de los sabios y corrompe las palabras de los justos. (Dt, 16, 19) maldito quien acepte soborno para quitar la vida a un inocente (Dt 27, 25). También Dios castiga a las naciones que se alejan de El para apartarse en pos de idolatría, brujería, y colocar su confianza en el hombre y en las riquezas. Un ejemplo es la ciudad de Babilonia, (Apocalipsis 18:5-7) porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle doble según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble.
Hay un tope para nuestras maldades y es el cielos, sin no buscamos a Dios de todo corazón y alma, y dejamos atrás lo que ofende al Señor, y venimos ante El arrepentido y humillado, Dios se acordara y castigara nuestros malos caminos, el resultado será miseria, ruina, desgracia, hijos huérfanos, hambre, escases, enfermedades. Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz; porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que les juró a tus padres. (Deuteronomio 4:30-31)
Señor pide dos cosas convertíos, y apartarse de toda vuestra transgresiones, (Romanos 9:28) porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con prontitud.
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