Si hubieras atendido a mis Palabras. (Isaías 48:18-19)

Si hubieras atendido a mis mandamientos, tu Fe en Dios fuera más grande que todos tus enemigos, no tendrías temor a la ruina de los impíos cuando viniera, a malas noticias ni al terror nocturnos, la alegría de tu corazón fuera mayor que todas las riquezas, tú Paz sería un gigante, como un río inundando todos tus miedos, vivirías confiado porque solo Dios es tu amparo y fortaleza, tu ayuda más cercana seria EL, tu justicia resplandecerá como la luz, e irá delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
“Como atendemos a la Palabra de Dios”
Primero Aprender a conocer a Dios en su Palabra
Cuando estudiamos la Biblia Dios nos habla, y cuando oramos le hablamos a Dios, un etíope, eunuco funcionario de candace, administrador de los tesoros de la reina, regresaba de Jerusalén después de adorar a Dios y volvía sentado en su carro, leyendo al profeta Isaías, y no entendía lo que leía, pero rogo a Felipe que le explicara. La persona que busca y adora a Dios, le nace en su corazón, conocer más de Dios, buscara quien le enseñe, deseara ir a la congregación sin falta para escuchar lo que Dios va hablar, no dejara para otro día el estudio de la Palabra, quitara de en medio los obstáculos que se presenta para no oír la mensaje, abrirá su corazón a Dios para que Él le hable. La Palabra será su delicia, tomara de su tiempo para aprovecha indagar, se preparar para también enseñar a otros los mandamientos de Dios.
Segundo siendo espiritual
(1 Corintios 2:14) Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Las personas tienen que reconocer el poder en la Palabra de Dios, el universo fue constituido por la Palabra de Dios, él envía su Palabra y nos sana, Él manda a sus ángeles fuertes y ejecutan orden, Él manda a la naturaleza y le obedecen, también su Palabra son limpias y puras sin engaño, el hombre natural no percibe esto, pero el espiritual se humilla se postra y le da la gloria y honor y honra al que vive para siempre por lo siglo de los siglos.
Tercero siendo diligente
Dios no obliga a nadie a que lo busque ni le obedezca, la decisión es de cada individuo, yo decido mi camino, las decisiones las tomo yo, si servir o no al Señor, ser negligente o diligente. La Real Academia Española define perezoso como “Negligente, descuidado o flojo en hacer lo que debe o necesita ejecutar” (Romanos 12:11) En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; (Hebreos 2:2) Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.

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